Hola a tod@s:
Hoy quiero hablar de Saturio Hornillos, sin duda el “alma
mater” y uno de los porqués de que Lavín quiera establecerse como negocio y
entrar a “combatir” en el duro ring que supone la comercialización de pan.
Saturio Hornillos ha marcado el punto de inflexión en nuestra
decisión de montar este negocio.
Soy de los que piensa que tal y como está la
situación de mercado actual solo pueden triunfar dos tipos de negocio, el que
ofrece un producto de precio muy reducido acorde a su calidad, y aquel que
ofrece un muy buen producto con un precio encajado. Creo que es nuestro caso.
Pues bien, Saturio hace tiempo que decidió huir de las bajas
calidades, del cuanto más haga menos me cuesta , de perjudicar producto por
ganar dinero y de vender su alma de panadero al vil metal, por lo menos de
manera urgente, además creo que fue una huida hacia delante a tenor de los
resultados.
No es por casualidad que sea un profesional elogiado en los
foros de la alta restauración y que maestros como Berasategui, David de Jorge,
Aitor Elizegi y un largo etc. alaben su buen hacer.
Pero esto no es gratis, esto cuesta y mucho. Cuesta trabajo, cuesta entrar al obrador a las 12 de
la noche y salir a las 12 del mediodía, cuesta probar y probar producto,
cantidades, fallar, sudar, intentarlo,
volver a intentarlo y todo ofrecido a los altares de la calidad y de transmitir
un bien tan escaso como un buen pan.
Por todo esto, Lavín no pretende ser una “boutique del pan”
mas, pretende ser una PANADERIA,sin
florituras, en la que la CALIDAD tienda a ser una religión y el producto su
sacramento .