Esa es la idea, tomar trigos, maíces, cereales de excelsa calidad, hacer un baile con un agua lo más pura posible, agarrar fuertemente la elaboración artesanal y manual, mimar esa mezcla con fermentaciones necesarias en tiempo, sin prisas, y entregar todo ello al necesario y cariñoso efecto del fuego en un horno de leña, haya Navarra, para más señas.
Pues bien, todo eso y un cuidado acercamiento al público soberano pretende Lavín desde su local en Rodríguez Arias 55, Bilbao.
Y todo esto de la mano de un, como ya le han definido anteriormente de manera muy acertada, PANADERO (con mayúsculas), Saturio Hornillos, un artesano que no se ha quedado en la mera elaboración de un pan decente, no, Saturio no elabora, Saturio crea un producto excelente, sublime y que nos hace pensar en que el nombre del PAN está tan mal utilizado como el de AMIGO. Nos hace descubrir de nuevo el auténtico sabor del pan, de los panes, de sus panes, largamente olvidado por muchos e incluso, no saboreado nunca por algunos.
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